Recordamos el nacimiento de Maria Claudia Falcone

El próximo domingo, 16 de agosto, se recuerda el nacimiento de Maria Claudia Falcone. Este año por la cantidad de días de clase perdidos no podemos realizar el acto que desearíamos hacer. Sin embargo tampoco queríamos dejar pasar la fecha sin recordarla.
El miércoles 16 de septiembre conmemoraremos como siempre un nuevo aniversario de La Noche de los Lápices y realizaremos ese mismo día una actividad más importante recordando ambas fechas.
Aprovechamos para invitarlos a todos a la jornada del 16 de septiembre y contarles además que esa actividad ya esta siendo organizada desde el Consejo Consultivo y están todos convocados para aportar ideas.
Para hablar sobre María Claudia podemos volver a recordar los datos más importantes: que había nacido en la ciudad de La Plata, que estudiaba en la escuela de Bellas Artes y que militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios.
Pero hoy preferimos usar la fecha como excusa para ponernos a pensar también en otras cosas.
Primero: ¿por qué elegimos su nombre como emblema de nuestra escuela?
Segundo: ¿qué importancia tiene que hayamos sido nosotros mismos los que lo elegimos?
En cuanto al primer punto: ¿por qué María Claudia? ¿Por quién se convirtió después del 16 de septiembre? Seguramente. Pero no debemos olvidar quien era antes de esa fecha. Su tristísima desaparición no debería dejarnos inmovilizados. Aunque claro, no es tarea fácil.
Pero creemos que la clave está en no quedarse en la simple recordación, en un anecdotario de horrores. Debemos también asumir la responsabilidad de recordarla por todo lo hecho antes. Por que no era nadie excepcional. Era apenas una chica más, una joven con ideas y convicciones. Una adolescente que tomo decisiones e intentó concretarlas.
Esto es lo que creo que relaciona mis dos preguntas. Porque cuando elegimos su nombre ya estábamos recordando la vida de María Claudia y no su muerte. También nosotros encontramos algo que no nos conformaba. Queríamos tener un nombre y lo conseguimos.
Pero no lo hicimos de cualquier manera. Lo hicimos entre todos. Hasta encontrar un emblema que nos representara, que nos permitiera seguir construyendo nuestra escuela con una identidad defina. Al igual que María Claudia decidimos cambiar aquello que no nos gustaba.
Hoy, además de recordar especialmente a María Claudia, recordemos por sobre todas las cosas que somos capaces de transformar nuestra realidad. Si los problemas los identificamos entre todos, los pensamos, los discutimos e intentamos resolverlos entre todos, tendremos muchas más posibilidades de concretar nuestros ideales.
Alguien dijo que la crueldad es patrimonio exclusivo de la humanidad y que comienza con la ausencia de ternura. Yo agregaría que continúa con la indiferencia y el olvido.


Para terminar quisiera leerles un fragmento de un poema de Mario Benedetti.

Hombre preso que mira a su hijo

(...)uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere

llorá nomás botija
son macanas
que los hombres no lloran
aquí lloramos todos
gritamos berreamos moqueamos chillamos
maldecimos

porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse
llorá
pero no olvides